Simiente de sonido de campanas
sobre los naufragios más lejanos,
calentad vuestros suspiros en los bolsillos
que el cielo peina sus nubes antiguas
siguiendo los gestos de nuestras manos.
Si nos dejan seremos una sombra más, acompañando a nuestra gente. Seremos la vela encendida en Semana Santa, o la copa de vino en la Feria, o quizás ese telón que se cierra tras la función. No hay nada de extraño en esto, porque desde el primer momento comprendí que estábamos vinculados, que algo infinitamente perdido y distante seguía sin embargo uniéndonos.
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