sábado, 26 de enero de 2013

VAMOS A CONTAR MENTIRAS (Acto Segundo)


¡Esto es el colmo! Tú has sido siempre practicante. ¿Qué historia vas a inventar sobre este sombrero?


Buenas noches, padre.


Quieta. Quiso salir corriendo. Le tuve que dar con uno de los candelabros en la cabeza. He saltado al jardin. Ayúdeme.


Es demasiado. Un cura puede verse, pero todo lo que yo he visto ahora...


¿Tienen ustedes un cura a cenar?


¿De veras te tiembla de esa forma el pulso?


¡Lorenzo, reacciona! ¿Quieres whisky? ¡Despierta, imbécil! ¡Lorenzo, por Dios!


Los he visto más tontos y al final me la jugaron.


¡Ay... qué bien vamos a cenar junto a la chimeneíta!


¡Julia, de una vez, por favor! ¿Para qué lado quieres dar la vuelta?


No, lo digo por traer a mi marido y a los chicos a que lo vean a ver si se les va la manía del fútbol.


Hágame un favor, escúchele un rato. No es solo el whisky, se lo aseguro. Ese Barrios del que habla es un psiquiatra. Lo está tratando.


Mírelo, está deshecho. No puede con su alma.


No intente ninguna jugarreta, porque me es lo mismo ir a la cárcel por dos que por cinco.


Perdón señora, me tendrá que firmar aquí. ¿Me permite?


He recibido de don Aurelio López, de la casa Loewe, el bolso por mí encargado, completo con espejo, polvera, en perfectas condiciones.


¡Tranquilícense! No tiemble usted así, hombre. Ya ha pasado el peligro. Qué nochecita, parece como si todos los ladrones de España escogieran Nochebuena, Nochevieja y Reyes para cometer los robos.


¿Quién es este idiota?


Cuando termineis esta farsa repulsiva..., ¿quereis escucharme un momento?


Usted perdone, caballero. ¿Nos permitiría llamar por teléfono?

Telón.


¡¡¡FELICIDADES A ESTOS ARTISTAS CON MAYÚSCULAS!!!


miércoles, 16 de enero de 2013

VAMOS A CONTAR MENTIRAS (Entreactos)








VAMOS A CONTAR MENTIRAS (Acto Primero)





¿Por qué tengo que decir que van ustedes a cenar al Hotel Carlos V, de Toledo, cuando en realidad van al Hotel Felipe II, de El Escorial?


Alguien. ¡Desmontar el delco y arreglar la luz de cruce! Y, para colmo, el hígado doliendo. ¡Estamos listos!


El problema de encontrarse así de pronto unos pantalones en concretar quien va dentro.


Pues sí. Pensé que así se liaba un poquito más la cosa y había posibilidad de un ratito mayor de incertidumbre.


¡No pretenderás que estuviese de plantón en la acera de enfrente con todo esto!


Elisa... ¿está usted ahí? Se ha dejado la llave puesta. Elisa, soy la señorita... Elisa...


Es largo de contar. Una cosa es un robo y otra un crimen. Me va a costar mucho hacer creer que ella Elisa era cómplice mía y que la maté porque no se estuvo quieta.


Ni mucho menos. Tú tienes que colaborar. Julia, tráete la mesa plegable.


Prefiero serenarme un poco. Me quedo aquí si no tienes inconveniente. Si te hago falta...


Padre... ¡Dios lo bendiga! Protéjame. Es un ladrón. Quiere matarme. Y nadie me cree. Mi marido tampoco. Padre, protéjame. ¡Protéjame!


Cae el telón.